domingo, 10 de septiembre de 2017

                       
   
   CAMPO DE SUEÑOS





Vente conmigo, amigo,

me voy al campo,

a un campo sin horizontes,

-tu horizonte en el mío-

donde pueda a día pleno

y noche abierta,

rumiar las exquisiteces de lo íntimo.

 

Déjame, me voy al campo

sembrado de rosas y lirios para siempre,

donde la amargura se volatilice

en consorcio nupcial

con el polen silvestre.

Déjame ir o vente

a un campo de rosas y lirios para siempre.

 

La vida no es fácil

con los ojos abiertos

y el alma cerrada,

esquivando todo, personas

y acontecimientos.

Hay que cerrar los ojos

y abrir el alma

para que entre lo bello.

 

Por eso me voy-¿te vienes?-

a cerrar los ojos y abrir

el alma al viento,

a ver con los ojos cerrados

recostado en algún pino

y sentir el aroma sin fronteras

que la brisa ecuestre

me trae cabalgando…

Déjame ir o vente

a un campo de rosas y  lirios para siempre.

 

 

Caracas, 1971.

                                                                                   José Miguel Fernández

 

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